Cuevas o Abrigos

lunes, 2 de diciembre de 2013

CHOTACABRAS GRIS




Chotacabras gris (Caprimulgus europeus)

Tiene un colorido perfectamente críptico con su medio ambiente. Es un ave que tiene un plumaje poco vistoso y donde predominan los tonos grises y pardos. Su cabeza, grande y aplastada, el píleo es casi de color negro y por encima de los ojos aparece una franja gris bastante ancha que, naciendo en la base del pico, va a morir en la nuca. Es muy llamativa su comisura bucal, tiene una hilera de cerdas a cada lado de la boca que, especialmente sensibles, detectan los insectos que chocan contra ellas. La inmediata reacción del ave de agilísimo vuelo facilita la captura.  
El pecho es grisáceo muy rayado en finas ondulaciones negras.Las alas son de color pardo grisáceo y los machos tienen en las tres primarias exteriores unas manchas blancas que son muy visibles en vuelo.

Las hembras poseen un plumaje semejante pero carecen de las manchas blancas en las alas y en las rectrices de la cola. Las alas tienen forma alargada y puntiaguda y la cola manchada de barras transversales pardo negruzcas es cuadrada en su terminación y al desplegarla forma un abanico de diez rectrices. Los ojos son muy grandes de color pardo.
El hábitat del chotacabras en el Parque Natural lo constituyen zonas que combinan arbolado con claros, terrenos de pastizal, matorral y ecosistemas montañosos, menos abundante en el olivar. Aunque es un ave rara de observar por sus comportamientos nocturnos, en el periodo de celo es fácil de escuchar, ya que es querenciosa a sus territorios de nidificación, su canto es un repetitivo " rrrrrrr".
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Se alimenta de insectos que captura en vuelo usando la comisura bucal extremadamente grande como un embudo. Los chotacabras no construyen ningún tipo de nido y se limitan a poner los huevos sobre un simple y llano suelo o aprovechan o aprovechan una pequeña oquedad, la puesta suele ser de dos huevos.

Al ser un ave crepuscular encuentra la muerte por atropello cuando acude a las carreteras, en busca de alimento, cosa que ocurre con bastante frecuencia. Al ser deslumbrado por los faros de los automóviles queda siempre imposibilitado para la huida. No resulta raro, por tanto ver nuestras carreteras jalonadas por los despojos o restos de esta y otras aves atropelladas, como un símbolo más de los tributos que la mecanización y el desarrollo se cobra en la naturaleza.



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